Carga Regular: Asegúrate de manejar tu carro regularmente. Las baterías se cargan cuando el carro está en marcha, así que si dejas tu carro mucho tiempo sin usar, puede descargarse. Un arranque corto de vez en cuando también ayuda.

Mantenimiento: Inspecciona periódicamente los bornes de la batería para asegurarte de que estén limpios y sin corrosión. Si ves corrosión, límpiala con agua y bicarbonato de sodio y cepilla suavemente. También, verifica que los cables estén bien apretados.

Niveles de Agua: Si tienes una batería de plomo-ácido, revisa los niveles de agua destilada en las celdas. Añade agua destilada si es necesario, pero no la llenes demasiado.

Evita Descargas Profundas: Trata de evitar que la batería se descargue completamente. Las descargas profundas pueden acortar su vida útil.

Carga Completa: Si tienes una batería recargable, como una de ciclo profundo, asegúrate de cargarla completamente después de su uso. No la dejes parcialmente cargada por largos periodos.

Temperatura: Mantén tu carro en un lugar fresco y sombreado cuando sea posible. Las altas temperaturas pueden acelerar la degradación de la batería.

Cuidado en el Invierno: En climas fríos, asegúrate de que tu batería esté en buen estado y completamente cargada, ya que el frío puede reducir su capacidad de arranque.

Desconectar cuando no se use: Si vas a dejar el carro estacionado por un tiempo largo, considera desconectar la batería o usar un desconectador para evitar descargas.

Buen Mantenimiento del Motor: Un motor en buen estado también ayuda a la batería, ya que un motor que arranca y funciona correctamente necesita menos energía de la batería.